La propuesta del INAC para el desarrollo de la ganadería

Los datos de la ganadería de carne vacuna en Uruguay muestran resultados que no evolucionan al alza. Solamente en dos de los últimos 20 años se superaron los 2,6 millones de vacunos faenados y hay un “techo de cristal” que hace que solo esporádicamente se superen los 2,3 millones, dijo Pablo Caputi, director de Información y Análisis Económico del INAC, durante el desayuno de trabajo en el Hyatt. En su presentación, dio a conocer una propuesta del INAC para que Uruguay pueda superar de forma sostenida ese techo.

“El foco tiene que estar en la necesidad de reducir aranceles”, enfatizó Caputi. Para ello se basó en el trabajo de Ceres, en el que se llegó a que Uruguay paga, redondeando, 12% de aranceles para la exportación de carne vacuna.

Caputi explicó que ese arancel promedio se logra con la participación del país en las cuotas de que dispone a menores tasas. Por lo tanto, con una proyección de aumento de 20% de la producción (la faena creciendo en 500 mil cabezas anuales) se pasaría a pagar un arancel promedio para el acceso a mercados de 21,5%. “Es irreal”, aseguró Caputi, y dijo que esa es la razón por la cual el país se queda en esos 2,3 millones, con una elevada capacidad ociosa de la industria.

Trazando números gruesos, el integrante del INAC dijo que el valor de un Novillo Tipo (elaborado con base en los precios a los que se venden todos los productos en los que se descompone ese animal) es de US$ 1.500 por cabeza, de los que US$ 100 paga de impuestos el sector primario, US$ 100 la fase industrial y otros US$ 100 en aranceles.

La propuesta radica en reducir la tasa impositiva en la fase primaria e industrial para los animales que superen los 2,3 millones de cabezas en el año, de manera de compensar el aumento de costo que implica pagar más aranceles por trabajar fuera de cuotas. ¿Hasta cuándo? Hasta que el país logre una mejora en la inserción internacional de sus carnes. A partir de ese momento, comenzar a disminuir gradualmente las exenciones impositivas.

La expectativa es pasar de los 2,3 millones promedio de vacunos que se faenaron por año en las dos últimas décadas a 2,8 millones de cabezas, con una exportación de carne que aumente en 100 mil toneladas, que implicarían un ingreso de divisas adicional de unos US$ 500 millones. “Y con el efecto multiplicador de la producción cárnica, eso se transformaría en más de US$ 1.000 millones”, afirmó.

Caputi dio ayer su última conferencia como director de Información y Análisis Económico del INAC, ya que este mes se jubila.