Y un día la soja dejó de bajar

Finalmente llegó el día. Tras un cierre de rueda alcista, la soja le puso fin el pasado viernes a la secuencia de diez semanas bajistas consecutivas en Chicago. El principal argumento, la debilidad de un mercado sobrevendido y en el nivel de precios más bajo desde noviembre de 2020, condiciones que dieron lugar a compras de oportunidad de los especuladores que, por cierto, alcanzaron para evadir otro balance semanal negativo, pero para poco más. La posición de mayo en Chicago ganó 0,8% y quedó en US$/ton 423.

Este repunte parcial de los precios se mantuvo limitado por el avance de la cosecha en Brasil y por la atracción que la misma ejerce sobre la demanda china (el jueves volvió a dar pruebas de esto otro mal reporte de ventas externas estadounidenses), además de las perspectivas favorables para la producción en la Argentina a pesar del período seco y caluroso que afectó los cultivos entre mediados de enero y principios de febrero.

Sumado a esto, y en un hecho que resultó poco usual por lo visto en la campaña 2023/2024, la firma StoneX elevó su previsión sobre el volumen de la cosecha de soja de Brasil, de 150,35 a 151,50 millones de toneladas. Según esta empresa el aumento responde a perspectivas más optimistas en cuanto a rindes en Goiás, Maranhão, Tocantins, Piauí, Pará y en Bahía.

«Durante las últimas semanas se observaron buenas precipitaciones en la mayoría de las regiones productoras de soja, lo que benefició la condición de los cultivos, especialmente de los sembrados más tarde», dijo la filial brasileña de StoneX.

Por otro lado, el contrato de marzo del maíz en Chicago subió 3,3% en la semana y quedó a US$/ton 162. Sin embargo, el trigo, en igual posición, bajó 2,4% y cerró a US$/ton 206.

La tónica negativa para el trigo, que fue en la misma dirección del Euronext, reflejó tanto la ralentización de las exportaciones de Estados Unidos, como el renovado protagonismo de la zona del Mar Negro, donde la guerra entre Rusia y Ucrania parece haber perdido peso en cuanto a sus consecuencias sobre el comercio agrícola.

En efecto, en lo que va de 2024 Ucrania se encamina a lograr un nivel mensual de despacho de cargas agrícolas similar o incluso mejor que el vigente antes del inicio del conflicto bélico, según lo sostienen autoridades de ese país, gracias al funcionamiento pleno del corredor trazado en agosto sobre el Mar Negro, luego de la caída del acuerdo de granos, en julio último.

Rusia, por su parte, cerró un buen febrero para sus exportaciones y está en medio de una caída de precios que torna más competitivas a sus materias primas frente a la oferta de la Unión Europea. Según la consultora SovEcon, durante el mes pasado las ventas de trigo sumaron 3,8 millones de toneladas, por encima de los 3 millones de igual mes de 2023 y de los 2,6 millones de toneladas promedio. Fuente: Granar Research